¿Es la dieta cetogénica recomendable para un envejecimiento saludable?

Hace un siglo, los pediatras comenzaron a recetar a los niños con convulsiones intratables la "dieta keto", que también usaban para tratar la diabetes del adulto y la infantil. Las comidas bajas en carbohidratos y altas en grasas fueron diseñadas para inducir un estado casi hipoglucémico, lo que obliga al cuerpo a usar cetonas como combustible en lugar de glucosa.

La estrategia cayó en desgracia después del descubrimiento de la insulina en la década de 1920 y el desarrollo de mejores medicamentos anticonvulsivos. Pero las epidemias de obesidad y diabetes en todo el mundo han revivido el interés en las dietas bajas en carbohidratos y altas en grasas.

Los ésteres cetónicos son moléculas precursoras que el metabolismo descompone rápidamente en cuerpos cetónicos cuando los carbohidratos no están disponibles. Recientemente, los Institutos Nacionales de Salud de EEUU otorgaron una subvención federal de 3.5 millones de dólares para un ensayo clínico doble ciego, aleatorizado y controlado con
placebo para comprender los efectos del uso a largo plazo de la suplementación con ésteres de cetonas en la fragilidad senil.

En palabras de John Newman del Instituto Buck (EEUU) para la Investigación del Envejecimiento “Hemos aprendido mucho recientemente sobre cómo los cuerpos cetónicos interactúan con la biología del envejecimiento y apenas estamos empezando a traducir esos datos del laboratorio y en estudios en humanos para ver cómo podemos aprovechar los
cuerpos cetónicos para mejorar la salud de las persona y conseguir un envejecimiento saludable".

Investigadores de la Universidad Estatal de Ohio y la Universidad de Connecticut también participarán en el ensayo TAKEOFF (Targeting Aging With Ketone Ester in Older Adults for Function in Frailty), que busca reclutar a un total de 180 personas en tres centros médicos para probar el posible beneficio de las cetonas suplementadas en la dieta para conseguir envejecer en las mejores condiciones posibles. Durante el envejecimiento los tejidos, como el corazón, el cerebro y los músculos estriados, pierden la capacidad de metabolizar la glucosa de manera efectiva, lo que con el tiempo, puede inducir resistencia a la insulina.

En la enfermedad de Alzheimer, por ejemplo, disminuye la absorción de glucosa a nivel cerebral. En la insuficiencia cardíaca, el corazón tiene dificultades para obtener suficiente energía de la glucosa y, en su lugar, quema grasas y cuerpos cetónicos.

¿Cómo podrían las cetonas afectar la fragilidad en los ancianos?

Jeff Volek, profesor en el Departamento de Ciencias Humanas de la Universidad Estatal de Ohio, en Columbus, ha contribuido ampliamente a la literatura sobre el uso de dietas cetogénicas y suplementos cetógenos en atletas de resistencia y en pacientes con resistencia a la insulina o diabetes tipo 2.

Volek ha demostrado que las cetonas pueden tener un efecto anticatabólico en el tejido muscular, lo que podría ayudar a compensar parte de la pérdida muscular con el envejecimiento mejorando, a su vez, su funcionamiento físico y la capacidad para realizar las actividades habituales.

La propiedad antiinflamatoria de las cetonas puede proporcionar otro beneficio a las personas mayores a través de reducir el estrés oxidativo, que se considera uno de los principales mecanismos patológicos responsables de afecciones como enfermedades cardiovasculares, enfermedad de Alzheimer, asma y artritis.

Además de los resultados principales del estudio, el ensayo evaluará la fisiología muscular mediante la realización de biopsias al inicio y después del consumo de suplementos cetogénicos para analizar los cambios metabólicos en las células musculares estriadas a medida que consumen energía. Los participantes del estudio también se someterán a
resonancias magnéticas para detectar cambios en el tamaño muscular antes y después del tratamiento.

De atletas de élite a ancianos cotidianos

Se ha demostrado que las dietas cetogénicas y los principales cuerpos cetónicos, principalmente el beta-hidroxibutirato, tienen influencias realmente poderosas en numerosas alteraciones inherentes al envejecimiento. La disminución de la función inmune es un hecho habitual en los ancianos. Hay razones para creer que la suplementación con cetonas podría
mejorar la función inmune en pacientes mayores de 65 años y evitar con ello numerosas patologías ligadas al envejecimiento.
Por otro lado, las células T cuya actividad es esencial en la lucha contra las infecciones, tienen un especial afinidad por las cetonas para obtener energía. Algunos datos muestran que la producción de cuerpos cetónicos se ve afectada en individuos con infección grave por SARS- CoV-2. Los modelos experimentales con ratones infectados por SARS-CoV-2 detectaron que las dietas cetogénicas conducen a una mejoría significativa en la respuesta a la terapia antiviral.
Este estudio, consecuentemente,evaluará los marcadores séricos de inflamación en pacientes, así como la secreción de citoquinas después de la estimulación de las células T. Las células T en cultivo de personas mayores producen más citoquinas inflamatorias que las de personas más jóvenes, lo que lleva a una respuesta inmune disfuncional. Los científicos quieren saber si las cetonas pueden solucionar eso. El trabajo incluirá la secuenciación del ARN de diferentes
células inmunes para investigar en qué modo las cetonas podrían cambiar las vías metabólicas.

¿Por qué usar suplementos cetogénicos en lugar de que los pacientes consuman dietas
cetogénicas?


La administración de la dieta cetógenica completa requiere una supervisión intensa de los participantes para hacer cumplir la adherencia. El uso de complementos cetogénicos mejorará el cumplimiento y probablemente hará que cualquier hallazgo pueda ser trasladado a la población general.

Las formulaciones iniciales de ésteres de cetonas, desarrolladas por primera vez hace 20 años, incluían un alto costo y un sabor muy desagradable. Algunos manifestaron que “sabían a algo parecido al esmalte de uñas.” Actualmente los costes se han abaratado a 5 euros diarios y algunos aditivos han hecho que el sabor sea memos desagradable.
Se espera que este modelo basado en los suplementos cetogénicos sea un ejemplo de un estudio gerocientífico de prueba de concepto en una diversidad de aplicaciones clínicas que van más allá del envejecimiento, pero antes deben encontrarse explicaciones convincentes sobre los mecanismos moleculares de la fragilidad senil.

¿En qué otras circunstancias la dieta cetogénica puede ser beneficiosa?

La dieta cetogénica es un plan de alimentación que limita la ingesta de carbohidratos y aumenta la ingesta de grasas. Esto lleva al cuerpo a un estado de cetosis, en el que las grasas se descomponen en cuerpos cetónicos, que se utilizan como fuente de energía.

Ha demostrado su utilidad en:

Pérdida de peso debido a que los cuerpos cetónicos son más saciantes que los carbohidratos, lo que puede ayudar a las personas a ingerir menos calorías.
Mejora del control de la glucemia, especialmente en diabéticos tipo 2 ya que la dieta cetogénica regula los niveles de insulina y disminuye su resistencia.
Tratamiento de la epilepsia: La dieta cetogénica demostró hace tiempo su utilidad para tratar la epilepsia refractaria a los fármacos reduciendo, además, la frecuencia y la gravedad de las convulsiones.
Mejora de la salud cardiovascular al reducir los niveles de colesterol LDL y los triglicéridos.
Reducción del riesgo de cáncer, al disminuir la inflamación y el daño celular.
La dieta cetogénica es un plan de alimentación seguro para la mayoría de las personas, pero es importante hablar con un médico antes de comenzarla. La dieta puede provocar algunos efectos secundarios, como náuseas, vómitos, estreñimiento y fatiga.

Alimentos que se pueden consumir en una dieta cetogénica:
Carne: Carne de vacuno, cerdo, pollo, pescado, mariscos
Huevos
Lácteos: Queso, crema, mantequilla
Verduras con bajo contenido de carbohidratos: Verduras de hoja verde, verduras crucíferas,
verduras de raíz
Frutas con bajo contenido de carbohidratos: Frutas berries, aguacate,
Nueces y semillas
Aceites saludables: Aceite de oliva, aceite de coco, aceite de aguacate

Alimentos que se deben evitar en una dieta cetogénica:
Cereales: pasta, arroz, trigo, avena
Tubérculos: Patatas, zanahorias, remolachas
Frutas: Frutas con alto contenido de carbohidratos, como frutas dulces y cítricos
Lácteos con alto contenido de carbohidratos: Leche, yogur, helado
Bebidas azucaradas: Refrescos, jugos, bebidas deportivas
La dieta cetogénica es un plan de alimentación complejo que requiere planificación y
seguimiento. Es importante hablar con un médico o nutricionista antes de comenzarla.
Más información en: https://www.icomem.es/comunicacion/noticias/4367/-Que-incluye-la-
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